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jueves, 7 de julio de 2011

Aquí si hay playa o más historias de señoras que...

Mi abuela paterna era muy dada a los refranes y a las frases hechas pero de cosecha propia, todavía hoy tenemos en casa algunos que utilizamos de vez en cuando. El que se tiró más tiempo en el número uno era aquél que decía:
“Qué pena, tener reloj y no tener cadena, pero la pena es mayor si tienes cadena y no tienes reloj”.
Cuando alguien decía que iba a tirar algo o preguntaba qué se hacía con tal o cual cosa, normalmente respondía:
“ Tu déjalo ahí que no pide pan”
Pero sin duda la que ya es un clásico dentro del mundo de las frases en mi familia, es:
“ me he quedado como de lana”,
Esta frase ha sido recurrente a lo largo de los años y se le da uso cuando se quiere explicar que algo te ha causado mucho impresión o miedo y te ha dejado así, desmadejada.
¿Qué por qué me acuerdo ahora y traigo hasta vosotros estas simpáticas frasecillas familiares? La respuesta tenéis que buscarla en la playa.
No, no pretendo que dejéis todo lo que estéis haciendo y os marchéis a la playa (independientemente de los kilómetros que tengáis que hacer y de las ganas que os hayan entrado de repente) para encontrar la respuesta.

Lo que pasa es que ésta mañana, en mi consabido ratito matutino en la playa, el grupo de “señoras que cambian en verano el ir a andar por sentarse en una silla en la playa y bajarse los tirantes del bañador”, había aumentado con la presencia de una que debía ser la abuela, alguna más joven que debía ser la nieta de ella e hija de alguna de las otras, y los dos hijos de ésta ultima, dos niños de entre 5 y 10 años (Aaaarggg).
El caso es que han protagonizado dos perlas que no me he podido resistir a traer aquí.
La primera tiene que ver con mi comienzo refranero, estaban comentando las señoras el tema de Teddy Bautista and de chorys, cuando la abuela, ha soltado un refrán con toda la sabiduría que acarrea y sin necesidad de añadir nada más, resumiendo perfectamente la situación actual:
- “ No hay pan para tanto chorizo”
Todas mis señoras incluida la joven se han quedado muertas (vamos, como de lana) y entonces la joven le ha dicho:
-         Uy abuela, si eso es lo que dicen los indignaos
-         Eso lo dirán los indignaos y se dice desde que era yo pequeña, que os creéis que lo habéis inventao todo y está todo mas que invetao ya.
Con lo cual las ha dejado ya rematadas para un buen rato. Eso es lo que me ha hecho acordarme de los refranes de mi abuela, a pesar que, lo de que me he quedado como de lana, lo sigo transmitiendo y ya es todo un clásico.
La segunda perla la ha protagonizado uno de los dos retoños y me ha hecho gracia por el debate que ha seguido después, reproduzco el diálogo completo y que comienza cuando el niño le pregunta a la madre (recordemos que es la mas joven que se acaba de agregar al grupo de señoras, probablemente porque está de vacaciones en el trabajo o algo así):
-         Mamá ¿a que hora nos vamos a ir?
-         A las13,30 que tengo que ir a comprar
-         ¿Tienes que comprar para hacer la comida?
-         No, la comida ya me la he dejado hecha, tengo que comprar cosas que hacen falta.
-         Pues mamá, nos podemos ir más tarde, a las 14.30 o así, comemos, y luego mientras mi hermano y yo nos echamos la siesta tu te vas a comprar.
Aquí hay carcajada general y la cara de la madre un poema, resumiendo toda la rabia e indignación de hasta en vacaciones, tener que madrugar para dejarse hecha la cama (qué menos, como diría mi abuela) y la comida:
-         Si claro, no eres listo tu ni nada, vosotros echados la siesta y yo a comprar con todo el calor para que los señores no se pierdan ni una hora de playa, no hijo no – aquí ya escupe las palabras -  si hay que ir a comprar hoy, aquí va a comprar hasta el tato.
El niño se marcha enfurruñado y la conversación se centra en que ya empiezan siendo egoístas desde pequeños y que si se les deja, acaban siendo unos tiranos y que antes los niños no dominaban a los padres como ahora.
Cuestión que la joven zanja aún con la rabia en el gesto diciendo entre dientes:
-         Claro, que fácil, antes tampoco las madres tenían que educar a los hijos después de venir de trabajar ocho horas y aguantar a un montón de gilipollas...
Han terminado zanjando la cuestión como siempre, con un baño, que estaba la cosa calentita ya.

Bueno, después de entreteneros un ratito con las desventuras playeras de mi grupo de señoras, aprovecho para comentaros por si no os habéis dado cuenta, que en el diseño de “ El palomar”, desde hace unos días, ocupa un lugar la publicidad de Atrapalo.com, ocio y viajes al mejor precio, les doy las gracias por contar conmigo y espero que no sean los únicos.

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