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jueves, 15 de septiembre de 2011

Lorzas, mentiras y fin del verano

Bueno, ahora sí. Las vacaciones han llegado a su fin y no hay vuelta atrás. Hasta el año que viene no tendremos que padecer el primer día de bikini con las lorzas blanquitas. Aunque no lo creáis todavía hay quien piensa que estando muy moreno se le nota menos que está gordo, nunca supe de donde salió esa leyenda urbana pero así es. Si no me creéis, el año que viene fijaos, llega un veraneante entradito en carnes a su primer día de playa. Vestido, planta la sombrilla, abre las sillas, se quita los zapatos, se hace el remolón y cuando ya no le queda mas remedio, con la cabeza gacha y un gesto de pudor se quita la ropa y deja al descubierto todo un invierno de cocidos y paellas que ni el mes que lleva yendo al gimnasio al que se ha apuntado a toda prisa ni la dieta Dukan machacahígados, han conseguido eliminar del todo, le ha pillado el toro y lo sabe, se le nota en la cara mientras dobla apesadumbrado la camiseta.

Ahora, si tenéis la suerte de seguir coincidiendo con este mismo bañista una semana mas tarde, le veréis llegando a la playa sin ropa, con la sombrilla al hombro, el sombrero puesto y a pecho lobo, un pecho moreno, eso si, pero igual de gordo que antes, o mas, que ya se sabe que el chiringuito no perdona. En siete días de ponerse en bañador ha perdido la vergüenza, el pudor, y el sentido de la realidad, volverá a su casa tan feliz, tan moreno y tan gordo como antes, pero más guapo porque cuando se ducha se mira la piel dorada y se ve favorecido, cuestión que quedará desmentida cuando revele las fotos playeras y sólo pueda enseñar cuatro, pero bueno, luego cuando se le quite el moreno y el embrujo y se vuelva a ver tal cual es, llega el invierno y se pone el sayo y hasta la próxima.
Sin embargo, eso no es del todo cierto, todavía perduran en nuestro cerebro los malos momentos vividos ese primer día de playa, cuando nos despojamos ante los bañistas antiguos y ya morenos (por tanto mas delgados que nosotros), de nuestra ropa, despojándonos al mismo tiempo de la dignidad, y como lo tenemos reciente y todavía nos pica al recordarlo, nos apuntamos a un gimnasio al que iremos el primer mes con una fe inquebrantable, pensando en ponernos tod@s buenorr@s  y dando en las narices el año que viene, al gordo moreno y descarado de turno que nos mira con guasa cuando nos quitamos la camiseta, como si su tripa fuese de oro molido (ojalá).
El caso es, que con los primeros fríos y el cambio de hora, en cuanto llega el primer día en que a las 7 de la tarde se hace de noche y estás tan calentita, decides que hoy no vas, que por un día no pasa nada y ahí, tenemos el principio del fin. Pero no nos daremos cuenta hasta el año que viene, cuando un poco mas gord@s y un poco mas viej@s que este, luchemos de nuevo contra la vergüenza.
A pesar de todo esto que os explico, estoy contenta, durante mis vacaciones he recibido una muy buena noticia. El PP va a crear 3,5 millones de empleos. Eso sí, hay que esperarse a que ganen las elecciones, ellos saben como salvarnos, lo tienen claro, han encontrado la piedra filosofal, el bálsamo de fierabrás, las claves del éxito y el secreto de la alquimia:

Señores, ellos van a conseguir que 3,5 millones de esas personas, es decir, todos los que son parados reales que quieren trabajar, pueden obtener un empleo, pero no te lo van  a decir así por las buenas en cualquier momento, a ver si te has creído que solo porque el país esté medio hundido con 5 millones de parados, van a desvelar su secreto antes de tiempo. No hijo, hay que esperar a Noviembre, ya lo dice el refrán, lo bueno se hace esperar, así que yo lanzo un mensaje a todos mis compañeros parados y desesperados:
-         Tranquilos, en Noviembre tendréis trabajo, sólo es cuestión de un par de meses, que es eso para vosotros compañeros que lleváis años en esa situación, nada, unas vacaciones. Disfrutad al máximo de estas pocas semanas de parados que os quedan que en Noviembre...¡todos a currar!.
Cuando lo vi en las noticias pensé en, si cuando llegue al gobierno y no cumpla su absurda promesa, y alguien tenga a bien recordarles esta patraña electoralista y peligrosamente demagoga, el señor Rajoy no se sentirá un poco como nosotros en la playa, avergonzado ante sus miserables lorzas blancas de mentiras, seguramente si. Pero seguro que también como nosotros en la playa, a medida que se va "bronceando" termina perdiendo la vergüenza, la dignidad y hasta el oremus, seguro que cuando se vea en el telediario bajo los focos, hasta se ve mas guapo.

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