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jueves, 2 de agosto de 2012

Olimpiadas, caídas y otras anécdotas de verano

Otra vez tengo que disculparme por la tardanza en aparecer en este diario del critiqueo y el análisis de la actualidad, pero es que estoy absorbida por los acontecimientos veraniegos y un poco perra con este calor, para que nos vamos a engañar. Vamos con las novedades de estos días de ausencia:
Al principio me vino a visitar para quedarse la prima de riesgo. Riesgo es un señor al que no conocía hasta hace dos meses, pero desde entonces oye, uña y carne él y su prima. Todos los días a la hora de comer estoy en un sin vivir para saber si sube o baja. Pero lo más chocante del tema es que no soy yo sola la que está pendiente de la prima en cuestión y de toda su parentela, es que hasta mi madre que todavía cuenta en pesetas me comenta por teléfono las cifras de paro, las últimas declaraciones de Montoro o si a Rajoy le ha dado por asomar el morrillo o sigue escondido en algún bunker para no meter más la pata.

Harta de todo esto, he decidido no poner más las noticias al mediodía. Es que me estaba quedando en el chasis, porque cuando no aparecía la cara de Soraya salía la de Gallardón o la Espe diciendo sandeces y se me quitaban las ganas de comer y la verdad, aunque no me venía nada mal la dieta, tampoco era cuestión de vomitar día sí día no, que al final iba a conseguir dañarme el estómago y no está la sanidad como para ir por cualquier tontería.
El caso es que entre unas cosas y otras, se nos han echado las olimpiadas encima. Entre que la roja nos ha dejado la moral patria por las nubes y que los españoles tenemos un poquito de orgullo torero, nos hemos venido arriba y hemos acudido a la cita con mucha ilusión y pensando en que íbamos a hacer la machada de turno.
Yo, cuando vi los uniformes ya tuve claro que esto no podía salir bien. No es que sean feos, no, es que son de risa. La combinación de los colores patrios, desgraciadamente, ya es poco favorecedora de por si, pero el diseño además se debió hacer en plena borrachera o alucinaciones posteriores al consumo de psicotrópicos:

El de las chicas, en concreto la falda, parece salido de una película de Bollywood o de las cortinas de una casa de la cañada real Galiana, todo rasos y bordados, y el chándal de los muchachos le hubiera encantando a Ángel Cristo en sus buenos tiempos, o al del circo de mi pueblo.
El día del desfile inaugural, cuando los vi, tuve la certeza. Se nos va a ver poco en el podio.
Luego, encima, ves desfilar a los norteamericanos. Todos con esas sonrisas con unos dientes igualitos y blancos como la leche. ¿Y de aspecto? Mozos recios todos ellos: los negros, relucientes todo dientes y ojos y los blancos con esa pinta de chicarrones sanotes bien alimentados ¿Y las chicas? Tan guapas, tan animadoras de High School y encima vestidos por Ralph Lauren con un traje por lo menos discreto y favorecedor. Luego dicen que salen con aires de superioridad, normal, yo saldría igual. Si es que ya tienen media olimpiada ganada sólo por la imagen que dan, es que da gusto verles ganar medallas.

El tema de los británicos y sus ropitas galácticas es disculpable porque ellos son bastante horteras así de normal, además se les acepta un poco el rollo Beatle que quisieron darle, pero lo de España, insisto, no ha hecho más que perjudicarnos aún más ante el mundo.
Lo acertado de la ceremonia es discutible. Por una cuestión puramente musical creo que me va a gustar más la de clausura, aunque el detalle de la reina Isabel, no se si dando una cabezada o limándose las uñas estuvo simpático, esa mujer ya está por encima del bien y del mal.

En fin, que ayer después de cinco días de competición llegó la primera medalla y en muchos hogares se respiró con alivio, seguro que con el optimismo que nos caracteriza, algunos se frotaron las manos pensando que lo mejor está por llegar. Sin embargo hoy el rey ha vuelto a darse un trompazo y eso no es muy buen augurio, que desde que se cayó cazando elefantes no hemos levantado cabeza, el tiempo lo dirá...

2 comentarios:

  1. A todo si excepto lo de los chandals británicos y la actitud pasota de su Reina. Si hay que despellejar se despelleja a todos con el mismo rasero. En el desfile cuando aparecieron los atletas británicos parecia que había llegado una flota de Kalia Vania Oxi Action Cristal White a lavar toda la ropa de las Olimpiadas, y su diseñadora, Stella, pasó a ser Meteorito estrellado. La Queen sosa, con su actitud tambien merece ser degradada a sota de bastos. Como en el cuento de Alicia: Que le corten la cabeza! !!!!!

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