Recuerdo una escena del libro " El diario de Bridget Jones", en la que la protagonista, bastante patosa socialmente, tiene que acudir a una cena social muy importante, se encuentra nerviosa y duda sobre como comportarse con los invitados y establecer conversaciones interesantes con ellos. Pide ayuda a una amiga bastante mas experimentada en estas lides que ella, y ésta le aconseja que, cuando esté charlando con una persona y quiera introducir a otra en la conversación, indique su nombre, profesión y alguna característica interesante que le haga destacar, por ejemplo:
- Pepita, te presento a Juanito, es asesor fiscal para una empresa privada y colecciona comics antiguos. Juanito, Pepita es contable en una multinacional y recientemente ha retomado sus estudios de filología inglesa.
Al proporcionar estos breves datos, segun la amiga de Bridget, se da una pequeña información primordial que permite a los invitados comenzar una conversación.
No es que vaya a hacer yo de los consejos del diario de Brdget Jones, mi decálogo de cabecera de las relaciones sociales ( dios me libre), pero si es cierto que reflexionando sobre esto, si alguien tuviera ahora mismo, que hacer una presentación mía de ese tipo, las iba a pasar canutas:
- Silvia, te presento a pepito, pepito es director de una sucursal bancaria y en sus ratos libres pesca lubinas con mosca desde la terraza de su ático con vistas al mar, después, las cocina de 24 maneras dierentes, 12 a la manera tradicional y 12 con espumas, decostrucciones y esferificaciones, invita a no menos de 50 amigos con trabajos y aficciones chulas para que no decaiga, que se comen con muchos melindres las 24 lubinas, aunque desde la segunda ya empiezan a hacer aspavientos sobre que van a reventar y que no pueden mas, y cuando terminan, sin que parezca que se ha ausentado de la fiesta, tiene preparados en la terraza, 24 gin tonics de Bombay Saphire en copas de balón sin restos de dedos marcados y unos pastelillos. Pepito, te presento a Silvia, Silvia está en el paro, escribe en un blog nuy caserito y ahora le ha dado por escribir otras cosas que presenta a concursos literarios, todavía no ha ganado ninguno.
Pepito educadamente, esbozará un ¿Ah si? que bien, pero yo se, que nunca me va a invitar a comer lubina esferificada.
El caso es que no me importa, escribo si, y no pretendo hacer de ello una profesion (de momento) pero es lo que mas me gusta y me gusta compartirlo con la gente, que opinen, que me digan que no les gusta o que sí, no me importa que no pueda presumir de profesión interesante, por ahora.
El palomar tiene ya vida propia y por eso, no he querido romper su linea editorial incluyendo aquí, parte de los trabajos que estoy realizando ultimamente, por ello, seguiré como hasta ahora, contando mi realidad desde mi atalaya.
Pero como necesito dar salida a las otras creaciones mas elaboradas que estoy realizando, he creado mi Irrealidad paralela, un blog literario donde iré colgando los trabajos que en este sentido, vaya completando.
Muchos de los escritos todavía no pueden ser compartidos ya que con ellos estoy paticipando en concursos cuyas reglas, impiden que mientras este no esté fallado, se publiquen los escritos que en ellos participan, por eso la producción de "Irrealidad", será mucho mas lenta e irregular que la de El palomar.
Desde aquí, os invito a abrir vuestros ojos y vuestra mente a esa, mi otra realidad " Irrealidad paralela",
desde hoy, a la derecha del texto en El Palomar, teneis el enlace a Irrealidad.
Bienvenidos.
Muy bueno!!!
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