De profesión: Gastroblogger

Resulta paradójico observar, como en una sociedad en la que el culto al cuerpo y a la báscula es casi una religión, surge como contrapunto un interés sin precedentes por el mundo de la cocina, usando en este caso, como potente medio de difusión, las redes sociales.

Primero fueron los gurús de la cocina tachonados de estrellas michelín, que exigían toda una suerte de condiciones para comer en sus restaurantes, amén de que te rascaras el bolsillo como corresponde.

Después fueron los cocineros mediáticos, radiofónicos y televisivos, que en muchos casos llegaron a los medios para quedarse y cuya fama personal ya es mayor que la de sus platos, permitiéndose incluso cameos cinematográficos.

Hoy, en la era de Internet, se impone con contundencia un nuevo fenómeno que no ha hecho mas que empezar, y del que aún, no se conocen límites. Los gastrobloggers.

No son cocineros al uso, al menos no se dedican a ello como profesión, de hecho, la mayoría tienen profesiones totalmente distanciadas del mundo de la cocina, aunque eso si, con horarios flexibles que les permiten asistir a eventos gastronómicos y dedicar tiempo a realizar y fotografiar sus platos para redactar con posterioridad su artículo, que en algunos casos es diario, eso sin contar el tiempo que pasan en las páginas que tienen en las redes sociales, difundiendo sus blogs e interactuando con los cientos de “fans” que siguen sus recetas y consejos como si fuese ley.

El mundo de los gastrobloggers desde mi punto de vista, es como el del fútbol. Existen los de segunda división, no porque los platos que cocinan sean inferiores, en muchos casos al contrario, se trata de una excelente cocina casi siempre casera y tradicional, sino porque se nota claramente que en estos casos, el blog gastronómico es un complemento, un entretenimiento que usa la cocina como excusa para entablar nuevas relaciones, sin ninguna otra pretensión, mas que la de entretenerse y hacer nuevos amigos con un hobby en común.

Y luego están los que ya sólo juegan en primera. Estos, son pseudo profesionales de la cocina, que sin ningún pudor experimentan con espumas, esferificaciones, gelatinas, crujientes, y todo tipo de palabras mayores del mundo culinario, dejando luego en su blog, la debida constancia de la creación que toque. Algunos adornan la receta con ingeniosos artículos sobre la más rabiosa actualidad, otros se limitan a diseccionar el plato para sus lectores con precisión de cirujano y abundancia de fotografías, y los hay que hasta las amenizan con minutos musicales, lo que sea para arañar un seguidor más que les lleve al triunfo gastronómico.

Las marcas de alimentación ya han vuelto sus ojos hacia ellos como potenciales publicistas de sus productos, los invitan a ferias gastronómicas como gancho para aumentar la afluencia de público, les regalan lotes de productos a condición de que los utilicen en sus platos u organicen concursos entre sus seguidores y hasta existen ya, unos premios al mejor gastroblog del año. Así mismo, muchos de ellos, están tomando por asalto las radios y televisiones. En principio siempre suelen ser las locales, para luego en algún caso, dar el gran salto a las emisoras nacionales, incluso en algunas ocasiones, ya han cocinado sus mejores creaciones para algún restaurante.

Pero ¿realmente quiere un gastroblogger ser un cocinero de los de siempre? ¿qué opinan los profesionales de la cocina de este nuevo fenómeno que les hace la competencia? ¿para cuando un duelo entre fogones entre ambos?, permanezcamos atentos y obtendremos las respuestas, bienvenidos al showbusiness de la cocina en Internet. Señores, esto no ha hecho mas que empezar.

Este artículo ha sido creado para ser publicado en http://www.yamelose.com/.