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lunes, 21 de marzo de 2011

Primavera de cine...

Hoy ha llegado la primavera y se ha traído su sol, su cielo azul, sus pajaritos y sus flores. Es hora pues de quitarnos las capas de ropa, cambiar el edredón nórdico por otra colcha mas ligera y echarnos a la calle cual modistillas de los años 50 con nuestros vestidos floreados. Si, a mi la primavera me pone romanticona y uno de los síntomas, es que me da por las películas antiguas. Y es que las películas románticas de ahora no se pueden comparar con las de antes y el mundo en general, tampoco. Veamos un ejemplo.

Cuentan que Ingrid Bergman siendo ya una actriz conocida en Hollywood, vio la película “Roma ciudad abierta”, de Roberto Rosellini, y se enamoró del film, le escribió una carta ofreciéndose a trabajar con el, tengamos en cuenta que en aquella época no existía el facebook, de otro modo se habría hecho fan de su página y le habría mandado un privado, mucho mas rápido, o como le pasó a un actor de los 90, que la que luego fue su mujer le mandó un fax con una fotocopia de sus pechos y un mensaje: “ si te gustan y quieres verlas mas de cerca llámame”. Pero los tiempos eran los que eran y los medios también.

El caso es que la carta decía lo siguiente: “ Soy una actriz sueca que habla bien inglés, que ha olvidado su alemán, que se entiende mal en francés y que en italiano solo sabe decir ti amo, pero he visto su trabajo y estaría encantada de colaborar con usted”.

¡ Que bonito! Al año siguiente rodaron juntos “Strómboli” y seis películas mas. Como se liaron y Rosellini estaba casado, todo ese tiempo estuvo vetada en Hollywood. Si esto hubiera pasado hoy en día, la mujer del director habría salido en Tómbola sacando los trapos sucios y después se hubiera quedado como colaboradora, haciendo el ridículo en uno de esos programas de corazón día si, día también.


Pero claro, los tiempos eran otros, los trapos sucios se lavaban en casa y Jorge Javier Vázquez no había nacido, que todo cuenta.

Otra anécdota bonita la protagoniza Judy Garland, que con 15 años, en la película “Broadway melody of 1938” sale cantando con una foto de Clark Gable, que por entonces era el ídolo de las mujeres la siguiente cancioncilla inocente:

“ Dear Mr Gable: tartamudeo y balbuceo cada vez que le veo en un espectáculo. Usted hizo que yo le amara, yo no quería hacerlo, usted hizo que le amara...”.


Extrapolemos la escenita de marras a hoy en día. Para empezar no podría haber sido una quinceañera inocente la cantante, porque hoy en día las quinceañeras no son en absoluto inocentes, es mas, son mujeres con la tira del tanga asomando por un pantalón que es una segunda piel, comen chicle con la boca abierta y hablan a gritos en el metro. Así que imaginemos al equivalente hoy día, que sería una niña de 8 años, en un escenario con una foto de Charlie Sheen, por ejemplo, que no es que tenga mucho que ver con Clark Gable, pero para los americanos de hoy en día, casi viene a ser lo mismo y analicemos la cancioncita:

“ Señor Sheen, tartamudeo y balbuceo cada vez que le veo en un espectáculo”, hasta aquí la cosa va bien, porque el señor Sheen en si mismo es un arma de destrucción masiva, así que tartamudear y balbucear en su presencia puede ser normal, sigamos que aquí viene lo gordo:

“ Usted hizo que yo le amara, yo no quería hacerlo, usted hizo que le amara...”

Al día siguiente del estreno Charlie Sheen en la cárcel por corrupción de menores y la niña en el programa de Oprah Winfrey sacando los trapos sucios...

Y es que ya se está perdiendo el romanticismo, el misterio y hasta lo prohibido se vuelve vulgar, el otro día sin ir mas lejos fui al chino de mi barrio a comprar unos moldes para bizcocho y justo al lado de los pimenteros esos de madera con molinillo vendían vibradores, que al principio no me di cuenta porque como la forma es parecida y no esperaba yo encontrarme allí semejante cosa, pasé por delante, lo pensé, no me lo podía creer y volví. Sí, allí estaba. Del tamaño de un pimentero de los grandes. Junto a los botes de azúcar y los frascos para pulverizar el aceite de oliva. Que esa es otra, no lo podían haber puesto con las cosas de aseo o los marcos de fotos. No. Con los pimenteros, que si baja una abuela sin las gafas de cerca lo mismo se lo lleva, y cuando lo vaya a llenar de pimienta no veas tu la guasa apretando y buscándole la tapa para abrirlo, vamos que estoy visualizándolo y se me ponen los pelos como escarpias, mejor voy a ponerme un vestido de flores y a tirarme a la calle, que hoy es primavera y estoy romanticona.
Os paso hoy una receta de sardinas que me ha dado mi madre, que ya lo va pidiendo el cuerpo:
Ingredientes:
Sardinas limpias y abiertas
patata
pimenton, ajo aceite y vinagre o limón
harina
1 huevo
Preparacion:
en una fuente poner las sardinas en adobo con ajo, perejil, pimenton y vinagre o limón, dejadlas macerar varias horas.
cocer las patatas con sal y reducirlas a puré, mezclar con el huevo batido y hacer una masa
poner en cada sardina un poco de pasta y cerrarlas con la otra tapa de sardina presionando un poco los bordes del lado abierto, es importante que las sardinas estén abiertas pero no partidas en dos mitades, para que no salga el relleno, enharinar y freir .
ñam.
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Este artículo se ha escrito para Yamelose.com.

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