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He visitado a unos familiares en el pueblo donde tienen casa. Para todos los que como yo, pensaban erróneamente que en las ciudades con costa sólo existe la playa, el chiringuito, la sepia y las cervecitas a la orilla del mar, es muy grato descubrir que existen lugares en el interior, al pie de las sierras o entre las montañas, donde se conserva el aire atemporal y aregional (si se me permite el palabro) de los pueblos de siempre.

Casas de paredes blanqueadas con ventanas de alegres colores, allá una maceta de romero, en el otro lado, una hortensia y siempre las puertas abiertas.

En las horas de mas calor las persianas echadas y la casa fresca, en penumbra y en silencio, las que tienen patio interior, con sus plantas regadas y sus sillas, todas diferentes, restos de naufragio de distintas casas.

Lo dicho, que allí por lo menos hasta las ocho de la tarde no asoma nadie, a partir de esa hora, el pueblo va comenzando a recuperar su pulso habitual, un perro que ladra a lo lejos, dos vecinos que se encuentran en la calle, el sonido de una manguera, alguien ya está regando, y alguna vecina que se cuela en tu casa:

- Oyeee que te traigo unos tomates, que ha estado Luis en el huerto y los acaba de coger, y unos higos

- Ah pues muchas gracias, y tu madre ¿ que tal anda de lo suyo?

- Bueno, regular nada mas, ya sabes como es eso unos días mejor, otros peor...¿te sales a la fresca?

- Espera mujer, que estoy lavando unos trapos para que se blanqueen al sol...

Y así poco a poco se despierta la tarde y va decayendo, a la espera de otro anochecer en el pueblo.

Cuando refresca, algunos vecinos van sacando sus sillas a las puertas, unos hamacas viejas, otros taburetes sillas de cocina e incluso alguna que otra tumbona, se crean las tertulias, los saludos a los que pasan:

- Holaa buenas noches...

-Buenas noches- responde aquel- quizás preguntándose quienes son esas personas, de que le conocen.

- ¿Ese es el de la Pepa?- pregunta una señora de hamaca floreada.

- Nooo- le responde bajito su vecina que lleva un delantal y está de pie en el quicio de la puerta, está haciendo tomate frito con los que le ha traido el Luis de la huerta, y mientras se frie, ha salido a charlar un poco y tomar el aire, por eso no se sienta- el de la Pepa se fue a Madrid con una negra.

Murmullo generalizado...

- Bueno, con una negra negra no- aclara- una de esas que vienen de esos paises, peruana o colombiana...hija, yo como no distungo unas de otras...

- ¿Entonces este chico de quien es?- insiste la de la hamaca.

- Ese es forastero- dice el Luis que está sentado en un taburete bajo un poco apartado, trenzando ristras de ajos - ese es de los que vienen de la capital y que quieren poner un huerto, a ver que tomates te trae jajajajajaja...

- Jajajajajaaja...- corean los demás- ese los que compre en Mercadona, te va a traer...

Y así poco a poco se hace la hora de cenar...